El verdadero juego de
los colombianos
Por: Rocío Infante Buitrago
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Twitter: @rochy1111
Sin duda y en esta oportunidad, no puedo dejar de lado escribir sobre el suceso que estremeció y paralizo a Colombia el día de ayer. Donde para muchos no fue un día como cualquiera, sino por el contrario, fue un día especial, porque jugo la selección, pero no en cualquier partido, sino en el mundial luego de 16 años sin haber estado en él. Por fin, no solo para la selección, sino para los colombianos fue un sueño hecho realidad.
Ayer la goleada que hizo la selección Colombia a Grecia, seguramente quedará marcada en los corazones y en la memoria de muchos. La selección jugó como nunca y eso no se puede negar. Sin embargo, aun no entiendo completamente los colombianos a qué jugamos. Porque el juego de amarnos durante los partidos de fútbol, de ser los mejores amigos, de abrazarnos en cada gol, de compartir y enorgullecernos de ser colombianos, solo por esta época, es demasiado cursi e hipócrita de nuestra parte.
Mi desencanto en esencia no es por el fútbol como tal, sino por la actitud de la gente que contagiados de la fiebre mundialista, olvida que esas alegrías son pasajeras y que la vida es más que fútbol. Y no me vengan a decir que mundial es mundial y por eso todos tenemos que enloquecernos. A mí no me digan que hay que dejar botado todo por correr a ver el partido, cuando no fueron capaces de levantarse el día de hoy e ir a votar en las elecciones presidenciales, y peor todavía, no me vagan a decir que ahora si son patriotas y están orgullosos de su país cuando hace menos de 15 días –de la primera vuelta de las elecciones- se querían ir de Colombia y no dejaban de decir que este, es un país de mierda.
Entonces, a ¿qué jugamos?, tengo algunas respuestas: Jugamos a ser el país más unido por un día, pero al otro, a odiarnos porque pensamos políticamente diferente. Jugamos a creer que somos los ganadores de esta historia deportiva que apenas comienza, mientras olvidamos que somos los perdedores en la historia política, social, económica, cultural de este país; que se ha refugiado en el fútbol, porque es, al parecer, el único motivo de alegría, de esperanza y de motivación para seguir luchando. Motivo que de por sí, no es suficiente para cambiar en prima instancia lo que somos y en segunda, lo que hemos hecho. Se necesita más que fútbol para lograr eso, se necesita otra mentalidad, se necesita menos televisión y más libros, se necesita conciencia, se necesita pasión pero no solo por la selección, sino por el país entero. Porque ayer gano la selección Colombia, pero hoy, ¿ganaremos realmente los colombianos?
‘’Pobres los griegos, ayer le pasamos por encima a su selección y hoy le escupimos a su concepto de democracia. ’’
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