En Colombia todo no lo ponemos de ruana

Por: Catalina Rivera

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Colombia vibró con el Giro de Italia. Nos ponemos de ruana la competencia y otras cosas más. El domingo fue un día emocionante para Colombia, desde antes ya se daba como virtual  ganador del Giro a Nairo Quintana, pero faltaba verlo agitar la botella de champaña para sentir que si estaba pasando. 

Estoy de acuerdo con el argumento que Carlos Palacio desarrolla en  su columna en Las 2 Orillas, quien afirma que esto no es para sentir orgullo nacional porque se trata de esfuerzos individuales, sin embargo, es imposible no emocionarse viendo la bandera tricolor en el primer lugar, y no contentos con eso colgarla también en el segundo lugar con Rigoberto Uran.

Disculparán el sentimentalismo pero no puedo evitar los ojos aguados cuando veo a una persona como Quintana en el podio, al lado de Uran, sabiendo lo difícil de sus historias de vida y viendo a todo equipo colombiano de ciclistas apoyándose unos a otros. A esto hay que sumarle la narración de Mario Sábato, un argentino que parecía sentir como colombiano, porque hasta la voz se le fue de la emoción de ver a la mancha rosada por fin llegando a la meta. Lo cierto es que nos pusimos de ruana el Giro de Italia, pero eso no es lo único.

Uribe se puso de ruana el twitter cuando casi se adjudicó el triunfo de los ciclistas hablando del IVA que le puso a empresas como Movistar.  Eso sí es una descaro de marca mayor cuando sabemos que los deportistas, especialmente si fútbol no es su disciplina, tienen que buscar patrocinios extranjeros para poder sobrevivir, y que sus victorias se deben únicamente a esfuerzos personales y a una voluntad férrea, porque si de Colombia dependiera de aquí no saldría ningún deportista para competencias en el exterior.

Otra cosa que se ponen de ruana es las elecciones. Las campañas políticas, luego de que se definieran los candidatos para segunda vuelta, son cada vez más vergonzosas y descaradas, porque como bien lo dijo Peñalosa, uno habla de lo que no pudo hacer en cuatro años y el otro de lo que su titiritero no logró en ocho. 

En todo caso hay que analizar muy bien la coyuntura, estamos ante una falsa disyuntiva de la derecha, porque en esencia ambos candidatos son iguales, pero hay que ver cuál ha podido ser más afectado por la sociedad civil, y ese es Santos. Además con él hay mayores garantías para el proceso de paz, ojo que la paz no es solo el cese de hostilidades, la paz recoge una serie de elementos, pero en estas elecciones, ese fin del conflicto es el que pesa para poner la X en el tarjetón.

Por eso he decidido con el dolor de patria, ya que no hay opciones que valgan la pena, votar en contra de Uribe, porque ni por un momento puedo dejar de temer el regreso del “país paisa”, el reencauche de la política del odio, de sangre y fuego.

EN EL TINTERO: 

• Es increíble que la corte haya declarado exequible la ley estatutaria en salud tan rápidamente, cuando con otras se ha demorado el doble de tiempo y las han devuelto por un solo vicio. Pero que no crea el Ministro, Alejandro Gaviria, como retadoramente lo dijo en su twitter, que la sociedad civil está derrotada, cuando se trata de defender derechos la consigna siempre es luchar hasta el final.

• Sigo atenta a lo que pase con María del Pilar Hurtado, ¡no hay que permitir que se vuele! Estoy muy segura de que con ella se va a destapar un gran escándalo. No hay que permitir que otra vez se pongan de ruana la justicia colombiana.