Nuestro
pecado: ser unas putas
Por: Rocío Infante Buitrago
Facebook: Rocío Infante
Twitter: @rochy1111
“Soy
puta porque amo mi libertad, porque decido sobre mi cuerpo, porque aclamo y
proclamo mis derechos, porque no me gustan las etiquetas discriminatorias. Soy
una gran puta y por eso no puedes tocarme, decirme y mucho menos violarme. ¡Soy
putamente libre! -Mar Candela.
No solo los hombres,
sino las mujeres también, en algún momento de nuestra vida, en situaciones
diferentes, hemos mencionado la palabra PUTA. Se la hemos dicho a alguien, nos
la han dicho o simplemente nos abstenemos a nombrarla para no caer en la “grosería”.
Pero, ¿realmente usted sabe qué hay de tras de este mero concepto
discriminatorio? Seguramente la respuesta es no, por eso, aprovecho este breve
espacio y en el marco del evento “La Marcha de las Putas” para que intentemos,
al menos, romper con los imaginarios sociales que aún persisten en denigrar a
la mujer.
Las siglas de la
palabra P.U.T.A significan ‘Por Una Transformación Autentica y Social’. A
puesto que muchos no lo sabían y es precisamente porque la gente que tiene como
costumbre utilizar esta palabra, lo hace de forma peyorativa, cuando a la hora
de la verdad, eso lo único que demuestra es la ignorancia tan perversa que controla
sus mentes. Además de lo culturalmente machistas y retrógrados que pueden llegar a ser. Puta, además, es la
contracción de prostituta, eso, se supone que lo saben todos, sin embargo, en
nuestras sociedades existe el estigma de que si como mujeres, nos vestimos de
manera “provocadora” es porque estamos incitando a los hombres en la calle, a
que nos llamen PUTAS y por ende nos acosen, nos manoseen, nos maltraten física
y verbalmente y en el peor de los casos seamos violentadas sexualmente.
Así como lo mencionó en
el 2011 el policía canadiense Michael Sanguinetti, en una conferencia de prensa
de seguridad civil, en sus palabras: “Las mujeres deben evitar vestirse como
“putas” para no ser víctimas de la violencia sexual”. Por lo anterior y por
muchas razones más, es que tanto mujeres como hombres, quienes hacen parte del
Movimiento Ciudadano Feminismo Artesanal, el día de ayer, como todos los años, a través de una apuesta pedagógica, cultural y
política, en pro de que la palabra puta se reivindique y deje de ser usada
indiscriminadamente, salieron a marchar por las calles de Bogotá y otras
ciudades de Colombia, realizando diferentes actos simbólicos que promueven los
derechos de las mujeres; derechos que son vulnerados precisamente porque la
palabra puta es usada fuera de contexto.
Y en este error
idiomático, en esta problemática social y cultural, las
más perjudicadas siempre somos nosotras las mujeres, quienes al parecer, el
pecado más grande que tenemos en esta sociedad, es ser unas putas. Pero, putas que
utilizan este concepto simbólicamente, putas que en contravía, proclaman a
diario su reconocimiento como mujeres que al igual que los hombres merecen
respeto, putas simbólicas, que se empoderan haciendo valer sus derechos humanos
y ciudadanos, putas simbólicas, que
cuando dicen No es No. Para muchos y para muchas, leer y oír esta palabra es escandalosamente terrible, pero no es
escandalosamente terrible ver y escuchar como los casos de violencia contra la mujer en Colombia aumentan
cada día y que ante eso, no se está haciendo nada al respecto… ¿Qué convenientes
somos, no?
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