No
se monten en esa bicicleta
Por: Estefanía Bohórquez Pérez
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Candidatos
Con el respeto que no se merecen pero que yo -que soy bien educada- les puedo mostrar, les quiero decir que es muy irrespetuoso, y hasta ofensivo, de su parte que quieran hacer campaña con los triunfos de los excelentes escarabajos que tiene este país. Es inaudito que inflen pecho siendo que en la mayoría de regiones del país, los aportes del Estado a la promoción del deporte recreativo es mínima, mucho menos imaginar que están aportando para buscar una proyección para la profesionalización de la actividad deportiva.
Por esa razón quiero traer a la memoria una canción que viene de la tierra del orgullo de Colombia: Nairo. La carranga del maestro Jorge Velosa titulada Caballito de acero. "Pueda ser que este año si me compre mi caballito, hay mi caballito de acero es el que yo necesito pa’l trabajo y pa’ entrenar. A ver si un día puedo ser un campeón como el chino Rafael" Resuena así su primera estrofa y recuerda que estos deportistas en muchos casos, cuando inician el sueño no tienen ni para la indumentaria.
Estas primeras oraciones hacen recordar que en Colombia es necesario, además del talento una entrega muy grande para jugársela por escoger el deporte como la profesión de la cual uno va a mantenerse. Por supuesto, estas son más razones para decir que tanto Quintana como Urán, pasando por Arredondo, Duarte y todos los chicos del Team Colombia, son ejemplos a seguir. En esta línea, Velosa plasma muy bien la mentalidad de estos campeones: "Voy a ser escarabajo, tan bueno como el mejor, nada menos que a la vez pista y escalador. Así somos los de aquí, los de mi patria querida, ‘‘berraquitos’’ pa’ lo plano pero más pa’ la subida".
Aquí se recoge no solo la mentalidad del ciclista colombiano, sino también la característica más apetecida del mismo, la habilidad casi innata para enfrentar la montaña. A este hecho es al que se le pueden agradecer los triunfos y el desempeño que han tenido, pues es la principal razón para que los grandes equipos se interesen por tener colombianos en sus filas.
Así que de nuevo un jalón de orejas a Zuluaga, a Santos y a todos los demás politiqueros que se quisieron ganar indulgencias con padre nuestros ajenos. Lo más gracioso es que primero cae un mentiroso que un cojo, más se demoraron en trinar y destrinar que Rigoberto en señalar la realidad: “en Colombia hay unos avances, pero falta mucho”. En realidad el Estado a él solo le ha dado recursos cuando representó al país en los olímpicos –de donde se trajo la de plata- el resto del camino ha sido labrado por él, su talento y los equipos con los que ha trabajado.
La historia de Nairo, los demás ciclistas y en general los deportistas que tanto nos enorgullecen, no es muy distinta. Para nadie es un secreto que los futbolistas de la selección están en el nivel que están debido a que desde muy jóvenes se los llevaron para Argentina o Europa. Y tampoco es oculto que Catherine Ibargüen se preparó en el exterior, tanto deportiva como profesionalmente.
Estos deportistas son quienes en los últimos años nos han dado tantos triunfos, aquellos que con talento y dedicación han logrado llamar la atención de quienes sí valoran esos diamantes en bruto y les ven el gran potencial. Son ahora muy pocos los que como los ciclistas de los 80, salían del domicilio de la droguería a competir. “Ya me veo encima de’l pedalazo, pedalazo, de mi trabajo a la casa y de mi casa al trabajo. Y los fines de semana saliendo a la carretera pa’ ponerme en buena forma pa’ mi primera carrera”…
Muchos en las competencias del ciclo olímpico se preguntarán porqué al país no le va mejor, con las posibilidades por biotipo que tenemos y con las aptitudes que uno puede ver en cada esquina. Yo me atrevería a resumirlo en mal cultural provocado por la falta de incentivos. El reflejo más contundente de esta realidad es que muchos de nuestros competidores no son deportistas profesionales, los oficios para mantenerse son distintos, pero son tan disciplinados con el deporte que practican -en sus tiempos libres- que llegan a tener el honor de representar el pabellón nacional en las justas deportivas más importantes.
Considero que debemos seguir atrayendo a caza talentos y enviando a nuestros pequeños a formarse deportivamente en el exterior en un corto plazo, para seguir aprovechando estas generaciones de oro. Pero es crucial que a mediano plazo se piense un modelo en el que se incentive la práctica deportiva y se exploten de la mejor manera los talentos que se puedan encontrar en las diferentes disciplinas.
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