Bogotá
sin Góspel al Parque
Por: Rocío Infante Buitrago
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Twitter: @rochy1111
“Es lamentable que en el Festival de Verano por segunda vez consecutiva se excluya uno de los eventos más importantes como lo es Bogotá Góspel”.
El festival de verano que se realiza en Bogotá desde 1997, y este año en su décima octava versión, se ha convertido en el evento más importante de la capital, ya que diversos actos culturales, artísticos, musicales, deportivos, entre otros, son los protagonistas de la fiesta de los bogotanos, la cual se supone, integra a todos los ciudadanos teniendo en cuenta la diversidad en su programación para todos los gustos y edades.
Sin embargo, es lamentable que en el Festival de Verano por segunda vez consecutiva se excluya uno de los eventos más importantes, como lo es Bogotá Góspel -considerado uno de los festivales de música cristiana más destacados y más asistidos desde sus inicios en el 2008. Su objetivo básicamente es generar un espacio de sano disfrute, de goce personal y colectivo. No obstante, desde el año 2013, este evento no ha tenido cabida en la agenda del Festival de Verano y mucho menos recursos para su realización, teniendo en cuenta que este al igual que los demás eventos son sin ánimo de lucro.
Por eso el inconformismo por parte de la concejal Clara Lucía Sandoval -quien es la promotora de este evento- y de muchos de los asistentes es evidente, teniendo en cuenta que la Bogotá Humana durante el año pasado y este se ha negado a llevar a cabo el evento, por falta de comunicación y de planeación, supuestamente entre las entidades como el IDRD, IDARTES y la Secretaria de Cultura. A eso se le suma la baja calidad de los eventos anteriores y la improvisación tan vergonzosa que estos han tenido.
Lo anterior, dado que en sus inicios, las bandas y cantantes invitadas eran reconocidas a nivel nacional e internacional, también los talentos nuevos de la música cristiana tenían un espacio para darse a conocer, pero con el paso del tiempo la participación de algunos si se pueden llamar “cantantes cristianos” era patética, además del pésimo sonido que se podía presenciar en el parque y que decir del comportamiento de los asistentes. Es obvio que al evento puede asistir todo tipo de personas, pero que en un evento supuestamente cristiano se vean actos como ‘’pogos’’, maltrato físico y verbal hacia el otro que tiene otra creencia, es inconcebible.
Termino con dos preguntas claves ¿Por qué para eventos como Rock al Parque la Administración Distrital sí tiene recursos? Acaso ¿Bogotá Góspel no merece tener lugar en la agenda de los festivales musicales de la ciudad?, pero no cualquier lugar, sino uno de calidad, donde se respeten y se cumplan los parámetros requeridos para la gestión de un concierto de altura como este debería ser.
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