martes, 19 de agosto de 2014

Una historia de desGracia 


Por: Catalina Rivera Rodríguez
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Twitter. @LaPerpleja


La G es la constante ecuación que siempre resolvemos los colombianos para descubrir que invariablemente da el mismo resultado: el pueblo pierde. Galán, Gaitán y Garzón, todos son parte de una historia de desGracia. 

El 9 de abril de este año se cumplieron 66 años del asesinato del  grande Jorge Eliecer Gaitán, desatando el famoso Bogotazo.  El caudillo fue baleado mientras salía del Edificio Agustín Nieto. Juan Roa Sierra fue dado como el asesino. Sin embargo aún se manejan versiones de que él fue solo el autor material del hecho, ya que Gaitán resultaba incómodo para muchos, no hay duda de que hubiera intenciones de asesinarlo.

Después de más de cuatro décadas, el 18 de agosto de 1989, mataron a Luis Carlos Galán, en Soacha, al subir a la tarima a dar unos de sus discursos como candidato presidencial. El pueblo colombiano confiaba en que bajo su mandato tendríamos una Colombia distinta, pero las intenciones de los grandes carteles de la droga, aliados con el estado eran distintas. Después de veinticinco años, solo dos personas han sido condenadas por este hecho, el exsenador y exministro Alberto Santofimio Botero y Jairo Velásquez, alias “Popeye”, jefe de sicarios de Pablo Escobar, la investigación sigue ya que fue declarado  delito de lesa humanidad.

Diez  años después, el 13 de agosto de 1999 es asesinado Jaime Garzón.  Le disparan mientras se dirigía a los estudios de Radionet en Bogotá. Hasta el momento no hay ninguna condena por este crimen y no fue declarado de delito de lesa humanidad. El abogado y los familiares de Garzón reclaman que después de tanto tiempo los avances del caso son irrisorios, lo que denota una falta de compromiso muy grande con el esclarecimiento de la verdad.

Estos tres asesinatos son unos de los más emblemáticos y recordados en nuestro país, nos muestran la Colombia que fuimos y lo que somos ahora, porque si antes Jaime Garzón tenía material, ahora no le alcanzaría el día entero para tanto.

Más allá del pueblo enardecido y la protesta en las calles no hemos logrado sacar adelante un proyecto de país distinto, nos ha faltado dirección, la turba del Bogotazo entró al Palacio de Nariño, pero volvió a entregarle el poder a los de siempre, estos muertos de una Colombia que pide cambios nos recuerdan que no hay que detenernos en el propósito.

Ya sabemos que el Estado no está para nada interesado en gestar algo diferente a lo que ya tenemos, lo mínimo era que hubieran esclarecido ya estos tres crímenes, pero la especialidad de nuestro sistema judicial nunca ha sido destapar ollas podridas, especialmente porque siempre están ellos implicados.

Nunca volveremos a tener personajes de la calidad de Gaitán, nunca una oratoria mejor ejecutada; Galán, nunca su valentía para denunciar lo que nadie se atrevía a decir; o Garzón, nunca su originalidad para decir la verdad; pero tenemos una juventud que está en capacidad de dar un nuevo revés en nuestra historia.
Así las cosas, habría que empezar a voltear la ecuación, mezclarla con otras variables, desarmarla y crear una nueva, hasta que dé, lo que todo estado al final debería garantizar, el bienestar de su pueblo.

En el tintero:

Ese tal Ministerio de la Presidencia “No existe”. Cómo Néstor Humberto Martínez va a ser neutral si es abogado de Pacific Rubiales, de Luis Carlos Sarmiento Angulo y del Grupo Santo Domingo, entre otros (incluyendo a la banca) , ¿va declararse impedido en estos casos?, ¡pues entonces que no vaya a trabajar porque anda metido en todo!

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